top of page

MURO

El muro conocido como La sombra del amor, es una obra-monumento realizada por el artista kurdo Hoshyar Rasheed, quien buscó crear un espacio que cuide y conmemore la memoria de las personas muertas y desaparecidas en Trujillo. Se trató de un proyecto apoyado por amnistía internacional Holanda, que buscaba dar el lugar que corresponde al recuerdo, esto es al interior de un espacio que lo protege, comparte y promueve. Para su inauguración, Hoshyar animó a diferentes personas de Holanda a enviar elementos con alto valor emocional (objetos del recuerdo), los cuales se exponían a través de vidrios en siete paneles que el muro presenta. Se trata de un símbolo de amor ante la violencia.

 

Este muro curvo es una metáfora del vientre materno y cada uno de los paneles es como el útero que hace germinar la vida. En ese sentido, se comprende que el abrazo y la sombra que el muro ofrece no son espacios que sellan el tiempo de los objetos que allí reposan; sino, por el contrario, lugares que resguardan para animar el desarrollo de lo custodiado en un tiempo por venir: espacios de vida que promueven una memoria que no es re-victimizante, sino que apunta a la reparación de la historia y el bienestar de los afectados.

 

Lamentablemente, el monumento ha sido víctima de distintos atentados cuyo carácter simbólico no es menor. En una ocasión los vidrios fueron abaleados, en otra se puso explosivos al muro, también ha sido grafiteado con mensajes amenazantes que prometen la muerte, la desaparición, el descuartizamiento contra líderes del proceso. Se trata de actos de profunda violencia que buscan amedrentar a quienes realizan el proceso de memoria, duelo y lucha por el reconocimiento del daño, la reparación y la reconstrucción de la vida. Debido a estos eventos que hacían imposible la preservación de los elementos aportados por los ciudadanos holandeses, se decidió remplazar los vidrios por placas que hablan de hechos violentos ocurridos en otras regiones del país y el mundo.

 

El carácter simbólico de esta decisión tampoco es menor; nos habla de la solidaridad, de la resistencia y de cómo ante la violencia nos blindamos con la unión y la exposición de la vulnerabilidad, no porque un proceso se haya cerrado, sino porque se lo resguarda ante el daño que lo amenaza mientras emergen las garantías y la asunción de responsabilidad por parte de los diferentes actores del conflicto. Si el muro se derrumba, se reconstruye salvando lo que pudo ser, denunciando el sufrimiento y construyendo una mejor vida.    

 

En el muro podemos observar, adicionalmente, diferentes pinturas en una suerte de mosaico que atraviesa toda la construcción. Allí se representan todo tipo de situaciones que van desde el paisaje, los animales, el trabajo hasta el nacimiento, la muerte, el sufrimiento, la amistad, pasando por las ideas de la solidaridad, la esperanza, el daño, la duda, la belleza, la pluralidad, el rostro, la mirada, lo infinito, Dios, entre otros motivos. Son puntos de tensión donde se expresan múltiples preocupaciones, ideas y sentimientos que juntos, en esa línea que es más que una cronología, constituyen una constelación para la comprensión del daño.

 

Alrededor del muro han crecido una serie de árboles unen su sombra a la sombra de amor del muro para proteger del sol inclemente de la región, a todo aquel que se acerca a contemplar y experimentar el abrazo de la naturaleza y la solidaridad de los hombres. En la base del muro, así como en el piso, se presenta un enorme mosaico en blanco y negro que es como la raíz desde la cual emerge, nuevamente, la fortaleza del muro que se dirige al cielo. Desde el sufrimiento, los hombres se organizan y reconstruyen el mundo, para que sea aquí, en la tierra, donde se haga presente la promesa de la felicidad y la justicia que el cielo y su paraíso anuncian. De los fragmentos, poco a poco, va emergiendo un muro hacia el cielo: símbolo de cómo la justicia de Dios, tan importante para los habitantes de Trujillo, se hace venir en las acciones más cotidianas con el prójimo. Este muro fue el primero de siete muros que planeó construir Hoshyar alrededor del mundo para proteger y acariciar, como madres, la esperanza del futuro.

bottom of page